Hasta antes de ayer como quien dice, el pueblo de Miranda de Azán se llenaba de jornaleros que en época de la siega venían a trabajar en los campos. Procedentes de otras comarcas, se alojaban con los labriegos de Miranda, dormían en sus casas y corrales, comían con ellos y, junto con sus historias, sus leyendas y sus canciones, llenaban las alforjas y los carros del trabajo que habían realizado a lo largo del invierno para poder vender aquí miel, quesos, salazones, paños, cestería, hojalatas, artesanía, productos de sus huertos ...

 

Hoy, cuando las máquinas han sustituido a los brazos y las grandes superficies acabaron con aquellos mercados; cuando lo ecológico, lo biológico, lo artesanal y la tradición aparecen como patrimonio exclusivo de unos pocos debido al comercio y a la cultura de masas, el Ayuntamiento de Miranda de Azán quiere rendir un pequeño homenaje a aquellos labradores, vecinos todos por un tiempo, que formaban el pueblo.

 

Por ello se convoca el MERCADO CAMPESINO (1890-1930) basándose en aquellos tiempos: un mercado donde el pequeño productor pueda vender su trabajo y donde tenga cabida la artesanía tradicional, los productos regionales, el arte y el folklore.

 

Con esta iniciativa el municipio de Miranda de Azán apoya la producción y venta de productos ecológicos, la artesanía local y un mercado de proximidad como forma de un consumo responsable y ético.

 

Este mercado se engloba dentro de toda una serie de prácticas y proyectos que Miranda de Azán como un MUNICIPIO DEL BIEN COMÚN está llevando a cabo.